
El tiempo siempre se nos echa encima, como cuando eramos pequeños y mamá nos arropaba en esas noches frías. Pasa la vida demasiado deprisa y sin darnos cuenta nos perdemos muchas cosas; pero también vivimos y ganamos otras. Todo se basa en una elección, en decidir qué hacer, cómo hacerlo y cuándo, pero la vida es eso, es elegir el camino que uno quiere caminar por más difícil y amargo que sea, porque los frutos al recogerlos sabrán con ese dulzor de haber hecho bien las cosas o por lo menos la satisfacción de haberlo intentado. Se acercan días donde la nostalgia y el amor brotan a caudales de nuestro interior, y es por eso que decidí escribir estas palabras, para recordar que a pesar de la distancia con la familia y amigos, el amor seguirá siendo el mismo. Y eso también es parte de la elección... aunque el tiempo siga echándose encima.