
Ahora toca acompañar, apoyar y defender esa felicidad, porque no cuesta nada, porque se disfruta haciéndolo y porque lo vemos de una forma madura y respetable. Si quieres de verdad, tienes que estar ahí siempre, en las buenas y en las malas. Si quieres de verdad, procura que todo sea sano y en un ambiente de cariño y de confianza, porque de esa manera el tiempo se transforma en un bonito camino, y porque ya es muy difícil encontrarla pero cuando lo haces, todo es mucho más sencillo. Estoy empezando a pensar de que por fin nos merecemos ser felices en esta vida de baches y tropiezos. Estoy empezando a pensar de que somos el resultado de todo lo que hemos pasado, de todo lo que hemos recorrido y de todo lo que las vidas anteriores nos han enseñado para ponerlo en práctica entre nosotros... y eso me encanta.